sábado, 2 de febrero de 2013

Capítulo 18-Un poco de todo.

4/11/13

NARRA VIRGINIA:

Estaba profundamente dormida, cuando unas gotitas empezaron a golpear el cristal de la habitación. De la habitación de Zayn. Me desperté y fui a por un vaso de agua, después de vestirme.

Bajé las escaleras y entré en la cocina. Cuando iba a abrir la nevera, miré el calendario que de esta colgaba. Hoy era 4, el día que empezábamos las clases de nuevo. Miré la hora, las 6:30. En 2 horas empezaba la primera clase.

Subí corriendo y recogí mi bolso y mi móvil. 27 mensajes de Belén y Marina, preguntándome que dónde estaba.

Cogí un papel y un bolígrafo y escribí: 'Me voy a clase Zayn. Besos, Virginia'.

Salí a la calle y llamé a un taxi, que pasaba de casualidad. Al llegar, me di una ducha rápida y me vestí . Dieron las 7:30 y desperté a las chicas.
-¡Virginia!-gritó Belén.-¿Dónde te habías metido?
-Es una larga historia. Os la cuento en el desayuno, daros prisa.

Belén y Marina se vistieron en seguida y nos fuimos a la cafeteria a desayunar. Una vez sentadas, les empecé a explicar todo.
-Ayer, fui a casa de Zayn a por el móvil.
-Eso ya lo sabemos-dijo Belén.
-Bueno, y cuando lo encontramos, nos sentamos a tocar el piano, y bueno, el...me besó.
-¿Qué te qué?-dijo Marina
-Me besó y luego, nos acostamos.
-¡Pero Virginia!-gritó Belén.
-Shhh. Sí, me acosté con él-dije susurrando.
-Estás completamente loca.
-Por cierto, ¿qué está pasando?-dije señalando los anillos.
-Ayer, Louis y Harry nos pidieron matrimonio-dijo Marina justo cuando sonó la campana.
-Luego hablamos-les dije.

Desde luego, muchas cosas habían cambiado desde que vinimos.

NARRA MARINA:

Acabaron las clases de un lunes aburridísimo. Por la tarde me llamó Maria, y me contó lo que había pasado ayer con Liam.

Mañana era el cumpleaños de Belén, y tenía que comprarle algo, por lo que llamé a Harry por si me podía acercar al centro comercial.

(...)

-Me gustan estas gafas.
-Harry, son muy feas. Estas son bonitas.
-Sí, bueno. Tu sabes más de su gusto que yo.
-Entonces, yo le compro estas Ray-Ban y los chicos ese reloj.
-Los chicos y yo.
-Sí, tu también Harry-dije acariciándole el moflete.

Terminamos de pagar todo y nos fuimos al Starbucks a por unos cafés. Se hizo tarde y me llevó a su casa. Sacó una bolsa de patatas y nos sentamos en el sofá.
-¿Estás ilusionada con lo de la boda?
-Estoy impaciente, pero también asustada.
-¿Asustada de qué?
-Asustada de que te canses de mi, y de que me abandones pasado un tiempo.

Él suspiró y esbozó una media sonrisa.
-Te prometí un para siempre. Una vida junto a mí, y lo cumpliré. Si no te fías de las palabras, fíate de mis besos, de mis caricias, de mis abrazos. Lo eres todo para mí, y no dejaré que te me escapes.

Le dí un beso y el me abrazó. Era un chico tan dulce, que me traía enamorada desde el primer día.

Poco a poco la temperatura del ambiente fue Qen ascenso. Nuestras bocas solo se separaban para tomar aire, y Harry ya había empezado a subir la mano por mi camisa. Él me señaló la escalera, y los dos subimos por ella hasta su cuarto. Yo me tiré sobre la cama y Harry comenzó a besarme de nuevo. Al parecer, ya no era la única que no había mantenido relaciones con su chico.

NARRA SANDRA:

Miriam era una chica muy maja, y me había ayudado a instalarme. También había conocido a María, que era muy agradable.

Él primer día había intentado atender en clase, pero estaba un poco perdida. Necesitaba salir de Francés a respirar aire fresco, por lo que me inventé una excusa para poder irme. 'Que me dolía la cabeza mucho'. Tampoco era gran cosa, pero me valió para irme a la habitación.

Decidí dar una vuelta por el campus y sentarme en un banco. Cogí mi móvil y mis cascos y puse mi canción favorita.

De repente, un chico, se sentó a mi lado y me robó un casco.
-"Welcome to the jungle". No sabía que a las chicas os gustara los Guns 'n' Roses.
-Pues sí-dijo cortante.-¿Quién eres?
-Soy Austin-dijo con una sonrisita.

Yo le quité mi casco y le mire interrogante.
-¿Y te crees lo suficiente importante para venir aquí y robarme mis cascos?
-Perdona señorita.
-Me llamo Sandra, no me llames señorita.
-¿Y qué hace una chica como tú en un sitio como este?
-No creo que te importe demasiado-dije marchándome del lugar.

Odiaba a los chicos arrogantes, y estaba claro que ese tal Austin lo era.

Me marché a la cafetería y me cogí una ensalada César. Cuando acabé, me marché a la habitación. No tenía ganas de mucho.

NARRA MIRIAM:

A la hora de comer, me senté con las chicas y estuvimos charlando un rato. La verdad, es que los chicos casi nunca venían a clase, solo cuando les apetecía.

Terminamos de comer y María y yo nos fuimos a la habitación. Allí estaba Sandra que nos contó lo de Austin.
-Pues vaya idiota-dije yo.
-A lo mejor es majo, estaría nervioso-dijo María.
-Mañana ve a hablar con él-dije.
-¿Yo? Ni de broma. Que venga él en todo caso.

Por la tarde, decidí dar una vuelta por la zona. Sandra también se animó, y se vino conmigo. Yo no me cambié de ropa, pero Sandra sí. Se puso un jersey y unos pitillo mostaza, y se recogió el pelo en un moño. Iba muy guapa.

Le enseñé toda la Universidad y después nos fuimos a dar una vuelta por el parque en el que me encontré a Niall, pero esta vez, él no estaba. Estuvimos hablando un rato, y entonces, como por arte de magia, mi príncipe apareció.
-¡Niall! Mira, esta es Sandra.
-Hola, encantada-respondió ella.
-Igualmente-dijo él estrechándole la mano.-¿Y qué hacéis aquí?
-Lo mismo de todos los días.
-Oye, yo me tengo que ir-dijo Sandra. Sabía que lo hacía para dejarme a solas con él. Era una gran amiga.
-Vaya, pues ya nos conoceremos mejor otro día-dijo Niall.

Ella le dio otro apretón de manos y se marchó.

Niall y yo nos volvimos a quedar a solas. El tiempo pasaba demasiado rápido, pero la vida no debía contarse en minutos, sino en momentos.

NARRA SANDRA:

Había dejado a Niall y a Miriam solos, hacían una perfecta pareja. Yo mientras, salí del parque, y me lo encontré, otra vez. Sí, a Austin.
-¿Me estás siguiendo?-dije en modo de saludo.
-Sí, me he propuesto a seguirte hasta que me perdones.
-¿Perdonarte? ¿Por qué?
-Por mi comportamiento de hoy. He sido un idiota.
-Pues la verdad es que sí, pero no te preocupes, no estoy enfadada.
-Bueno, ¿qué te parece si te invito a algo?
-No hace falta, de hecho, ya me iba a la Universidad.
-Venga, será corto, y lo pasaremos bien.
-Está bien, pero que sea rápido ee.

Me llevó a una tienda en la que vendían zumos de todos los sabores. Yo me pedí uno de mango y piña, y él, uno de manzana y uvas. Nos sentamos en una mesita y comenzamos a hablar de todo.

La verdad, era un chico muy majo. No me podía quejar, me había tratado muy bien, y al acabar, me llevó a la Universidad.
-Yo estoy en la 34. Búscame cuando quieras-dijo con una sonrisa.
-Yo en la 37, estamos muy cerca.
-En el mismo pasillo diría yo. Bueno, ya nos vemos Sandra-dijo dándome un abrazo.
-Claro.

Tenía que reconocerlo, ese chico, Austin, me estaba enamorando. Y yo enamorada era un autentico peligro.







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